1. REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
·
La sociedad
La sociedad del siglo XIX estaba organizada
en tres clases sociales, según la riqueza de sus integrantes. Las clases altas
eran las más ricas. Englobaban a los aristócratas
y a los burgueses. Los aristócratas eran los
nobles, que habían perdido parte de sus derechos, pero eran propietarios de
grandes extensiones de tierra. Los burgueses, en
cambio, eran los dueños de las fábricas, los
grandes comerciantes y los banqueros.
Las clases medias estaban integradas por
pequeños comerciantes y empresarios, pequeños propietarios de tierras y algunos
profesionales, como los médicos, los abogados, los funcionarios… Las clases
populares tenían pocos recursos económicos.
Estaban formadas por los campesinos, que
trabajaban las tierras de los grandes propietarios, y los obreros de las
fábricas. También había en este grupo criados, que servían a las clases altas,
y mendigos. Las condiciones de vida de los obreros eran muy duras: tenían jornadas
de trabajo de más de doce horas, cobraban un salario muy bajo, vivían en
barrios mal acondicionados… Por ello, para defender sus intereses se agruparon
en sindicatos, como la Unión General de Trabajadores (UGT) y la Confederación
Nacional de Trabajadores (CNT).
·
La Revolución Industrial
en España.
En el siglo XIX se produjeron importantes cambios económicos que
reciben el nombre de revolución industrial. Los medios de transporte se
transformaron con la aparición del ferrocarril, que permitía recorrer largas
distancias en poco tiempo. También varió la manera de trabajar. Los pequeños talleres
de artesanos fueron sustituidos por grandes fábricas construidas en las
ciudades. En ellas se concentraban muchos obreros y un gran número de máquinas.
Al principio, las industrias textil y siderúrgica fueron las que
más se desarrollaron, gracias al invento de nuevas máquinas y técnicas de
producción. Así, los telares mecánicos fabricaban tejidos a gran velocidad y
los altos hornos producían acero de calidad. Las industrias se concentraban
principalmente en Cataluña, Madrid y el País Vasco. A finales del siglo XIX y
principios del XX, se desarrollaron nuevas fuentes de energía, como la
electricidad y el petróleo, y nuevos sectores industriales, como la industria
química. Además, en esta época, se crearon algunas instituciones financieras,
como los bancos modernos y la bolsa de Madrid.
2. REVOLUCIÓN
FRANCESA
La mayor parte de los franceses vivían en la pobreza y no tenían libertad para decidir quién les gobernaba. Pero el rey, la iglesia y los nobles acumulaban grandes riquezas y privilegios: organizaban lujosas fiestas y bailes en el palacio de Versalles. Y mientras tanto, la gente pasaba hambre: las cosechas se habían perdido, no podían hacer pan y además debían pagar impuestos a los ricos. ¡Qué injusticia!
Hartos de esta situación, el pueblo de París se lanzó a la calle,
precisamente el 14 de julio de 1789 y asaltó la Bastilla, la
fortaleza de París y tomó las armas: querían luchar por un futuro mejor para
ellos y sus hijos.
A partir de ese momento la revolución se extendió por toda Francia.
Todos unidos consiguieron su objetivo : acabar con los privilegios, lograr la
igualdad de todos los franceses y la libertad del pueblo, unos derechos que se
recogieron unos días más tarde en la Declaración de los Derechos
Humanos y en el lema de la República Francesa :
"Libertad, Igualdad y Fraternidad", que sigue hoy en la
actualidad.
De esta forma se abolió la monarquía y se proclamó la República, un
gobierno sin rey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario